¿Por qué cada vez más adolescentes experimentan ansiedad?

La adolescencia es una etapa de transformación intensa: el cuerpo cambia, la identidad se redefine y la presión social aumenta. En este contexto, sentir ansiedad puede ser una reacción natural. Sin embargo, cuando la preocupación constante, el miedo o la tensión emocional interfieren en la vida diaria, hablamos de un trastorno de ansiedad, un problema de salud mental que afecta a más del 20 % de los adolescentes en España, según datos del Ministerio de Sanidad (2023).

Comprender la ansiedad desde esta mirada implica aceptar la emoción como un mensaje del cuerpo y de la mente, no como un enemigo.

Señales de ansiedad en adolescentes

Reconocer la ansiedad en esta etapa no siempre es fácil. A veces se manifiesta con síntomas físicos, otras con cambios de comportamiento o bloqueos emocionales. Algunas señales frecuentes incluyen:

  • Irritabilidad o cambios de humor constantes.
  • Dificultad para dormir o descansar.
  • Problemas de concentración y rendimiento académico.
  • Evitación de situaciones sociales o actividades cotidianas.
  • Dolor de cabeza, molestias estomacales o tensión muscular.

Según la Asociación Americana de Psicología (APA), los adolescentes con altos niveles de ansiedad muestran una sobreactivación del sistema nervioso, lo que les hace reaccionar de forma más intensa ante el estrés cotidiano.

Causas: un contexto que no da tregua

La ansiedad adolescente no aparece de la nada. Es el resultado de una combinación de factores:

  • Académicos: la presión por rendir, elegir futuro o destacar.
  • Sociales: las redes, la comparación y el miedo al rechazo.
  • Familiares: conflictos, separación o expectativas excesivas.
  • Personales: inseguridad, autocrítica o falta de gestión emocional.

La ansiedad no siempre es un problema que eliminar, sino una emoción que aprender a manejar.

Lisa Damour, especialista en adolescencia

Desde esta mirada, el trabajo terapéutico no se centra solo en reducir los síntomas, sino en enseñar al adolescente a comprender y regular sus emociones.

Cómo acompañar desde la familia

El papel de las familias es esencial. No se trata de proteger en exceso, sino de ofrecer un espacio seguro y comprensivo donde el adolescente pueda expresarse sin miedo al juicio. Algunas claves útiles:

  • Escuchar sin interrumpir ni restar importancia.
  • Validar las emociones antes de buscar soluciones.
  • Fomentar rutinas de descanso, movimiento y autocuidado.
  • Evitar la sobreexposición a pantallas o noticias estresantes.
  • Buscar apoyo profesional si la ansiedad interfiere en su bienestar.

El acompañamiento familiar desde la comprensión y la calma puede convertirse en el punto de partida para ese cambio.

Cómo puede ayudar la terapia psicológica

En Espacio Henko, el acompañamiento terapéutico con adolescentes parte de una mirada integradora y cercana. A través de la psicoterapia individual —presencial u online— se trabaja:

  • La identificación de pensamientos y emociones que alimentan la ansiedad.
  • Estrategias de regulación emocional y mindfulness.
  • Fortalecimiento de la autoestima y la autocompasión.
  • Comunicación y gestión de conflictos con el entorno.

El objetivo no es “eliminar la ansiedad”, sino reconectarse con uno mismo, recuperar la calma interior y aprender herramientas para afrontar los retos de la vida con mayor equilibrio.

La ansiedad adolescente no es un signo de debilidad, sino una señal de que algo necesita atención y cuidado.
Con el acompañamiento adecuado, esta etapa puede convertirse en una oportunidad de crecimiento, autoconocimiento y transformación.